La mayor TORMENTA SOLAR en años...

Las extrañas sensaciones, cefaleas y estado catarral que muchos están sintiendo, pueden deberse a una severa tormenta solar que está golpeando al planeta en estos días (más grande aún que la del año anterior por esta misma fecha). Una tormenta geomagnética es una perturbación del campo magnético de la Tierra causada por la actividad solar. En el núcleo del sol se produce continuamente una poderosa fusión nuclear, que genera descomunales cantidades de energía. Parte de la energía se libera en forma de luz, parte en forma de radiación (erupciones solares) y parte en forma de partículas cargadas.  

El Sol también emite continuamente una corriente de partículas cargadas, conocida -en una mezcla de ciencia y poesía- como viento solar. Ocasionalmente, el sol libera ráfagas de energía aún más grandes, denominadas eyecciones de masa coronal. Partiendo desde el sol, gigantescas nubes de estas partículas conocidas como plasma arriban a la Tierra a toda velocidad. Dichas emisiones chocan con el campo magnético de la Tierra, comprimiéndolo, y provocando lo que denominamos una “tormenta” geomagnética.

Fig.1 Eyección de masa coronal: la poderosa emisión de plasma solar que se genera en el núcleo de la estrella por fusión nuclear.

Las geotormentas afectan tu función cardiaca y cerebral

Cuando hay geotormentas severas, se incrementan sensiblemente los ataques cardiacos, los derrames cerebrales, el insomnio y otros problemas. Considerando que el sol es el sostenedor directo de la vida en nuestro planeta, no es de extrañar que se altere el organismo durante una tormenta solar. Durante estos periodos de hiperactividad del “astro rey” se han detectado múltiples anomalías funcionales (concretamente, alteración de las ondas cerebrales). Examinando un electroencefalograma durante uno de estos eventos extremos, es inmediatamente obvio que el cerebro se ve afectado.

Fig.2 Aurora borealis, fenómeno resultante del choque del viento solar con el campo magnético de la Tierra.

Examinando personas sanas bajo diferentes estados y grados de actividad (relajación, hiperventilación, fotoestimulación) se ha podido comprobar una influencia negativa de las tormentas geomagnéticas fuertes en la fisiología humana. Por regla general, durante los períodos de fuertes perturbaciones geomagnéticas, en la mayoría de las personas evaluadas se registra debilidad, indisposición, y cefaleas difusas.

Fig.3 El EEG o electroencefalograma es el método más sencillo y objetivo para reflejar el estado funcional del cerebro. Las tormentas geomagnéticas influyen sobre el cerebro humano de manera muy evidente, generando una desorganización de la actividad bioeléctrica normal. Por su peculiar fisiología, esto también afecta al corazón. El complejo de cambios inespecíficos en el EEG refleja la desorganización de la actividad funcional de la corteza de los grandes hemisferios del cerebro humano en los días de perturbaciones geomagnéticas, lo que probablemente está relacionado con la disfunción de los sistemas subcorticales integradores, con el desequilibrio de sus influencias ascendentes de sincronización y desincronización. Sorprende que, por el contrario, con el aumento de las perturbaciones del campo geomagnético disminuye el número de ataques epilépticos.

Curiosamente, las tormentas geomagnéticas moderadas ejercen una influencia más bien estimulante. En cambio, condiciones geomagnéticas intensas activan procesos de frenado (inhibición). Como dijimos, ello aumenta los accidentes cerebrovasculares, los infartos de miocardio, e intensifica los problemas emocionales (incluyendo la ideación suicida). De consideración, durante perturbaciones geomagnéticas fuertes, la tolerancia al estrés biológico o mental declina, lo que es relevante para muchas profesiones. Finalmente, las tormentas geomagnéticas causan un efecto hematológico específico: incrementan la viscosidad de la sangre, lo que puede conducir a formar trombos. De hecho, la viscosidad de la sangre aumenta bruscamente, llegando incluso a duplicarse. Se observó hace mucho que las tormentas geomagnéticas alteraban el ritmo cardíaco de los cosmonautas de las estaciones espaciales (MIR e ISS), que no cuentan además con la protección de la atmósfera terrestre.

Si bien la actividad solar sigue un ciclo de 11 años de ascenso y descenso, se prevé que las llamaradas solares producidas por la fusión nuclear alcanzarán en breve su pico más alto. Si sientes una inusual fatiga, niebla cerebral, cefaleas, sobresaltos del corazón (extrasístoles), calambres del brazo, trastornos repentinos de la vista… puede deberse a la geotormenta. Un peligro aquí es la generacion de coágulos sanguíneos. Las medidas más rápidas para evitar trastornos coagulatorios de la sangre son:

-hidratarse abundantemente

-ayunar

-tomar pequeñas dosis de aspirina (100mg) cada 12 horas

-evitar la inmovilidad prolongada

-tomar varios gramos diarios de EPA/DHA (omega 3)

-tomar ácido ascórbico o ascorbato tres veces por día

-tomar duchas tibias largas bajo luz tenue (esto equilibra los iones y serena la mente, además de ser romántico)

-incorporar un gotero de Azul de Metileno disuelto en agua con un cc de DMSO

(dimetil sulfóxido).

Ernesto Prieto Gratacós

Laboratorio de Ingeniería Biológica

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