top of page

¿TIENES UN PLIEGUE EN LA OREJA?

Actualizado: 23 jun 2022

La importancia cardiológica del pliegue lobular.


En 1973, un observador médico norteamericano llamado Sanders Frank, estableció la conexión entre un surco diagonal en el lóbulo de la oreja de sus pacientes y los infartos (1). En efecto, la presencia de pliegues diagonales en el lóbulo de la oreja o Signo del Pliegue Lobular Oblicuo (SPLO), también conocido como “signo de Frank”, se correlaciona con las más serias enfermedades cardiovasculares, en particular, con la obstrucción de las arterias coronarias y carótidas, los accidentes cerebrovasculares, los aneurismas y la enfermedad vascular periférica (2). Sin que se entienda aún qué tiene que ver la oreja con el corazón, decenas de estudios recientes confirman que los pliegues diagonales del lóbulo son un fuerte predictor de enfermedad coronaria independiente de los clásicos factores de riesgo cardíaco como diabetes, obesidad, diámetro de la cintura, hipertensión, hipercolesterolemia, tabaquismo y alopecia androgénica (3-9). La abrumadora mayoría de los informes clínicos y angiográficos, sumados incluso a estudios histológicos post mortem, han confirmado la premisa de que estos pliegues diagonales –en especial si son bilaterales- constituyen un poderoso predictor de riesgo, capaz de predecir aterosclerosis severa de las arterias coronarias, y sugiriendo al mismo tiempo la posible solución (10).


No existe aún una explicación satisfactoria de porqué surge este peculiar signo pero, como veremos de inmediato, su capacidad predictiva es enorme. Tras el descubrimiento de dicha correlación, algunos autores sugirieron que quizá se trataba de una coincidencia –ya que en verdad el pliegue se acentúa con la edad- no siendo dicho surco otra cosa que una vulgar arruga debida al proceso de envejecimiento. El hecho es que en los últimos años infinidad de estudios han demostrado una asociación independiente entre SPLO[1] y la aterosclerosis coronaria, así como con enfermedades vasculares periféricas. También se ha demostrado que el SPLO aumenta el riesgo de eventos cerebrovasculares (principalmente el infarto cerebral de tipo isquémico), siendo los fenómenos ateroscleróticos el vínculo más probable entre ambas clases de patología.



Fig.1 Signo del Pliegue Lobular Oblicuo (SPLO) o “signo de Frank” es un surco o hendidura que surge en la piel del lóbulo de la oreja, extendiéndose en diagonal desde el trago hasta el borde de la aurícula, con un ángulo aproximado de 45°.


Un muy reciente metanálisis, basado en la pesquisa bibliográfica sistemática de varias bases de datos como PubMed y Embase, identificó múltiples estudios con rigor metodológico suficiente (totalizando 1469 sujetos) que encontraron una alta correlación entre el SPLO y la manifestación de patologías cerebrovasculares severas (11). Considerando que la apreciación del SPLO no requiere tecnología alguna y se realiza literalmente en segundos, los pacientes con el signo de Frank pueden ser fácilmente detectados y referidos para estudios más profundos –análisis bioquímicos y angiografías- para detectar otros factores confirmatorios de riesgo vascular e implementar terapias preventivas.

Un formidable estudio publicado en el British Medical Journal, consistente en el análisis por angiografía coronaria de 558 personas, confirmó rotundamente un dramático incremento del riesgo relativo de obstrucción carotidea en quienes mostraban el SPLO. Los resultados indicaron que los pliegues lobulares estaban independientemente asociados con el riesgo de cardiopatía coronaria (OR 4.8; IC del 95%: 3.09 a 7.6, p = 0,000). El concepto de Riesgo Relativo o RR asume que la población en general, y por lo tanto todos los participantes sin SPLO, traen un cierto riesgo de antecedentes de cardiopatía coronaria (se asume por lo tanto que la OR u Oportunidad de Riesgo es 1). Los resultados estadísticos indicaron que el riesgo relativo (RR) de cardiopatía coronaria entre los participantes con SPLO bilaterales fue de 5.7 (OR 5.7; IC del 95%: 3.4 a 9.4, p = 0,000). Lo que esto significa, es que los portadores del signo del pliegue lobular bilateral tenían un incremento del riesgo relativo 4.7 veces mayor, es decir, 470%!!! Esta cifra es 5.4 entre los varones, y tanto como 7.2 entre las mujeres (12).


Se ha observado que las personas con este signo tienen telómeros (los extremos de la hebra de ADN) más cortos que la media de las personas, lo que apunta a un envejecimiento acelerado de la piel y las arterias. El fenómeno del lóbulo hendido, que bien podríamos llamar “envejecimiento coronario”, está en consonancia con nuestras propias observaciones biogerontológicas de los últimos 30 años, y con el hecho de que la suplementación con varios micronutrientes es capaz de reparar las lesiones del endotelio vascular que dan origen a la aterosclerosis (13). Como veremos pronto, la génesis o causa primaria de la patología cardiovascular radica en la ruptura del endotelio vascular –el tapiz que recubre el interior de nuestros vasos sanguíneos- originada por la deficiencia del colágeno que ocasiona la escasez crónica de vitamina C. Dichas lesiones endoteliales son microfracturas por estrés mecánico que llamativamente ocurren en los segmentos arteriales de más alta presión sanguínea, como la aorta, las coronarias y las carótidas. El hecho de que la patología coronaria ocurra únicamente en los animales incapaces de fabricar su propia vitamina C indica con claridad tanto el origen como la solución del problema.