Ernesto Prieto Gratacós
EL CLUB DE LAS 9 pm
Una vía infalible para escapar de la rueda de hámster en la que corre afanosamente cada día el adulto moderno es producir más y mejores resultados que los demás. Pero ¡¿cómo?! La capacidad de reconocer lo verdaderamente importante y prioritario -para concentrarse en ello primero que nada y sin interrupciones- es fundamental. Priorizar y enfocarse es tan poderoso que no existe un solo high performer o persona de desempeño extraordinario que no concuerde con ello. El problema es que la vida se mete continuamente en el medio de nuestra concentración y enfoque. Una manera directa y fácil de evadir este “torbellino cotidiano” de tareas urgentes pero irrelevantes (llamadas telefónicas, alarmas electrónicas, roturas de equipos, avisos del colegio de los niños, notificaciones de social media, correos electrónicos de proveedores, memos del director de la empresa, etc., etc., etc.) es estar ya despierto varias horas antes de que se despierte el resto del mundo. Yo mismo he hecho esto por muchos años, con inmenso beneficio en la productividad, las finanzas y el desarrollo personal. Sin embargo, mal implementada, esta práctica tiene un costo neurológico inaceptable.

Popular entre los entrepreneurs y CEOs contemporáneos es la noción de madrugar, de pertenecer a una especie de sociedad informal o grupo de elite que se denomina coloquialmente el “club de las 5 am”. El problema de este abordaje a la productividad es que puede llegar a lastimar el cerebro si no se organiza el resto de la existencia familiar y personal, y un cerebro deteriorado no le hace bien a nadie. La solución a este problema es la de pautar firmemente la hora de acostarse -no la de levantarse- y dejar que nuestro organismo decida hasta que hora debe dormir para regenerar el cerebro. El truco consiste en acostarse lo suficientemente temprano para poder dormir a plenitud… de modo tal que el despertar espontáneo se produzca antes del amanecer. Esto es lo que llamo sumarse al “club de las 9 pm”, y requiere una reestructuración de nuestra vida personal y familiar, así como una severa disciplina para no robar horas al sueño. De ese modo, tendremos no solo el imprescindible descanso regenerativo cerebral, sino también la necesaria ventaja competitiva que nos otorga producir mas y mejor, mientras forjamos nuestra libertad.

Crea ahora mismo tres alarmas consecutivas en tu telefono (a las 8:00 pm, 8:30 pm y 8:45 pm) para orientarte hacia esta nueva rutina cada dia -y avisar de paso a tu familia de que te vas retirando por esa jornada- empezando a disponer tu habitacion para el sueño. La creación de esta nueva rutina requerirá "negociar" con tus seres queridos para que se acoplen a esta práctica (en definitva, tu súper-productividad es para el bien de todos). No hay que desanimarse si al principio cuesta un poco organizarse en torno a esta nuevo modo, los resultados serán evidentes bien pronto.
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