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NUTRICIÓN INTERMITENTE

Actualizado: 5 abr 2022

Basada en un grosero error de cálculo, la modalidad de restricción calórica leve descrita como “ayuno” intermitente se ha popularizado como un método de mejoría de la salud. La verdad es que muchas personas necesitaban alguna intervención en este sentido. Hasta ahí los aplausos. Si bien es claro que reducir el ingreso calórico es mejor que comer como un troglodita, los resultados obtenidos en modelos animales por medio de la alimentación restringida en el tiempo (Time Restricted Eating) no son trasladables a humanos a menos que se tenga en cuenta la enorme diferencia en su tasa metabólica basal. El Homo sapiens promedio pesa 400X más que el ratoncito promedio. Los humanos funcionan con un ritmo metabólico muchas veces menor que el de dichos roedores, por lo que replicar el impacto del ayuno en nuestra especie requiere varios días continuos de deprivación calórica absoluta.


Este fenómeno se conoce como la Ley de Kleiber, o Ley de los ¾, expresada de la siguiente manera: La tasa metabólica basal de una especie es proporcional al peso del animal, elevado a la potencia de ¾. Lo que esto significa es que mientras más grande el animal, mas lento será su metabolismo relativo a su masa. Así, los colibríes tienen un metabolismo basal miles de veces más intenso que el de los elefantes. Para los diminutos ratoncitos de laboratorio, el impacto biológico de suprimir el acceso a los alimentos durante un tercio de cada jornada (16/8) es inmediatamente evidente. Para las personas, la fórmula de supresión calórica tiene que ser especie-específica. Para los humanos, entrar en un estado de verdadera autofagia requiere periodos mucho más prolongados de total ayuno. En algunos casos, para individuos con un IMC mayor a 28 y niveles crónicamente elevados de glucemia e insulinemia, entrar en autofagia puede tomar tranquilamente 3 días de ayuno absoluto.



Bien realizados, los experimentos de restricción calórica severa en animales han rendido unánimemente resultados espectaculares. Ya sea en levaduras (S. cervisiae), moscas (D. melanogaster) , lombrices (C. elegans) o ratoncitos (M. musculus), privar a los animales de una fracción diaria de su alimento -usualmente un 33% de las calorías totales- baja de manera sensible su tasa de mortalidad, al tiempo que alarga su Longevidad Máxima. Muy recientemente, un prolongado experimento de restricción calórica en monos Rhesus arrojó resultados esclarecedores en ese sentido. Un meta-análisis reciente ha hecho obvio que las intervenciones de nutrición restringida en el tiempo en humanos, NO es equivalente a los experimentos que tanto éxito tienen en modelos murinos (roedores). El artículo en cuestión titulado DOES LIMITING THE TIMES YOU EAT (INTERMITENT FASTING) PREVENT CARDIOVASCULAR DISEASE? fue publicado en la Cochrane Review.


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Ernesto Prieto Gratacós Laboratorio de Ingeniería Biológica Licencia Creative Commons Atribución -NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional