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LAS GRIETAS DE TU ENDOTELIO

Actualizado: 14 feb 2022

La oclusión arterial y los infartos que sufren los humanos son en su origen un problema molecular, no de plomería. He aquí por qué. Cada milímetro cuadrado de nuestras arterias está cubierto por una clase especial de células, apoyadas sobre una plataforma de tejido conectivo. Estas células “endoteliales” consituyen así un continuum biológico, una verdadera membrana viviente que tapiza el interior de nuestros vasos sanguíneos. Bajo permanente estrés mecánico debido a la fuerza con que la sangre golpea en las paredes arteriales, los segmentos más exigidos de nuestro árbol vascular –carótidas, coronarias, aorta- pueden sufrir fisuras microscópicas que disparan una reacción local de reparación. Un crucial aspecto de este fenómeno es que ninguna especie capaz de sintetizar su propia vitamina C llega a formar ateromas o rigidez y bloqueos arteriales, aún comiendo inmensas cantidades de grasa saturada. En los primates, la carencia de vitamina C debilita el tejido conectivo o cemento celular que da cohesión y soporte a los vasos sanguíneos, induciendo dichas fallas estructurales. La necesaria reparación inmediata de dichas microfisuras (las grietas arteriales) son el evento primario o momento cero de la aterogénesis.


Un tapiz viviente.


Inconcebiblemente ausentes de la narrativa médica, las rasgaduras o fisuras microscópicas del endotelio vascular son la verdadera causa primaria de la patología coronaria. Dada su implicación en la fisiopatología de la aterosclerosis –el endurecimiento o rigidez progresiva de un segmento los vasos sanguíneos- debemos estudiar primero la interesante vida de las células endoteliales. El término endotelio designa la capa de células planas que recubren los espacios internos cerrados del cuerpo, como el interior de los vasos sanguíneos y linfáticos (que transportan la linfa, líquido de aspecto lechoso) y el corazón. A la inversa, la capa exterior de células que cubre todas las superficies abiertas y libres del cuerpo, incluidas la piel y las membranas mucosas, se llama epitelio. La palabra "endotelio" se deriva del griego endon, (dentro de) y thele (pezón), cuyo sentido etimológico no alcanzo a distinguir.Se sabe hace mucho que las células endoteliales forman una barrera inteligente entre los vasos sanguíneos y los tejidos que ellos mismos irrigan (1,2). Controlan así el flujo de sustancias y fluidos dentro y fuera del tejido cuya irrigación sanguínea tienen a cargo. Las alteraciones de la función endotelial en una arteriola inevitablemente provocan problemas funcionales en todos los tejidos Vascularizados (3).

Fig.1 Representación de la estructura vascular básica. (b) Microfotografía de un capilar, células endoteliales.


Debe recordarse en este punto no considerar a las células endoteliales como una barrera pasiva, sino como un extenso tejido sensible que cumple diversas funciones (4). Ello incluye la angiogénesis o formación de vasos sanguíneos, el equilibrio dinámico entre la formación de coágulos sanguíneos y su disolución (fibrinólisis), la regulación del tono vascular, y un rol en la reacción inflamatoria. Las células endoteliales existen tanto en los grandes vasos -arterias y venas- como en los capilares (5). Debe comprenderse además que una arteria no es un simple tubo cartilaginoso, sino que consta de tres capas: En el exterior, está revestida con la túnica externa, un tipo de tejido conectivo. La túnica media está formada por células de músculo liso y finalmente, la túnica íntima, que contiene células endoteliales, recubre la luz o abertura interior del vaso sanguíneo. En los capilares –segmento vascular del grosor de un cabello, que conecta arterias con venas-, las células endoteliales son de tremenda importancia para el intercambio de sustancias como oxígeno, dióxido de carbono, agua, lípidos y urea entre los tejidos vivos y la sangre en constante circulación. Según el tejido y el órgano de que formen parte, las células endoteliales pueden variar entre sí, pero no varian, en esencia, su naturaleza y funciones.



Fig.4 Sección transversal de un vaso arterial, mostrando un esquema de su estructura: Túnica íntima (formada por células endoteliales), túnica media (compuesta por células de músculo liso) y túnica adventicia o externa (tejido conectivo). Es esta última capa la que sufre fisuras por estrés mecámico cuando la calidad de colágeno es deficiente, debido a la falta de vitamina C. Todas las células endoteliales comparten ciertas características moleculares: dan positivo para el factor von Willebrand (vWF), así como para la glicoproteína CD31, y dan negativo para la alfa-actina del músculo liso. Esto también se aplica a las células endoteliales de los capilares.



El óxido nítrico (ON) gas soluble esencial para la regulación de las células asociadas con la función de los vasos sanguíneos (7), tiene profunda conexión con la función endotelial. El óxido nítrico es un vasodilatador y ejerce sus efectos mediante la relajación de las células del músculo liso que forman la túnica media de los vasos (8). Se cree que una disfunción en el rol del ON está involucrada en la enfermedad cardiovascular, y ciertos suplementos y fármacos parecen ayudar a preservar la salud cardíaca (ver ¡Viva Viagra!).