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  • Foto del escritorErnesto Prieto Gratacós

POR QUÉ NO COMER COMO UN MONO

Los los gorilas, orangutanes, bonobos y chimpancés impresionan por su fuerza, agilidad y destreza, lo cual se ha usado como argumento para validar una dieta vegana. A pesar de estar genéticamente tan próximos a nosotros, los monos antropomorfos tienen algunas diferencias fisiológicas fundamentales que no deben pasarse por alto. Si bien los dos últimos comparten 98.8% con el Homo sapiens, la nutricion humana evolucionó estrechamente ligada al desarrollo y funciones del encéfalo. Nuestro avanzado cerebro requiere no solo una calidad muy especifica de nutrientes sino tambien un monto calórico elevadísimo.

Fig.1 En cautiverio, los gorilas siguen una dieta totalmente vegetariana, compuesta por verduras de hoja como la lechuga y la col rizada, zanahorias, calabacines, apio y frutas como manzanas o naranjas.


Poderosos y reservados, los gorilas son esencialmente vegetarianos, puesto que la casi totalidad de su alimentación termina consistiendo en vegetales. La única y limitada cantidad de tejido animal que consumen la obtienen al comer en ocasiones hormigas, termitas y orugas. Estando en libertad, en su hábitat natural, dichos insectos no representan más del 3% de la dieta de un gorila. Consumiendo "puras verduritas" los gorilas macho llegan a pesar tranquilamente entre 130 y 230 kilos, en tanto que su potencia física supera cuatro veces la fuerza dinámica de un atleta humano. Un macho líder (como el carismático Silver back llamado Shobani, Fig.3) tiene una composición corporal no tan distante de un varón humano sano, exhibiendo un 37% de masa muscular, 19% de grasa, 13 % de hueso… y 41% de soberbia elegancia (1). Si practicas culturismo o crossfit notarás con asombro que la descripción de la dieta de los “espalda plateada” no incluye proteínas en polvo, huevos, hígado, pechugas de pollo o cualquier otra fuente de tejido animal rico en proteínas. Tampoco se sabe que los gorilas tengan acceso a suplementos de creatina o aminoácidos ramificados. ¿De dónde sacan entonces los aminoácidos para construir semejante musculatura? Pues de la montaña de verduras que comen sin cesar -literalmente- todo el día. La clave fisiológica está en su singular maquinaria digestiva, y probablemente en una mayor sensibilidad a la testosterona así como una versión peculiar del gen que sintetiza la miostatina (un compuesto de la sangre que inhibe el crecimiento muscular) (2). En lo personal, sospecho que su poderosa musculatura -genéticamente determinada- es en parte responsable por su longevidad máxima reducida (35-40 años) en comparación con la especie humana, debido a la demanda metabólica ejercida por esta (3,4).


Los gorilas no necesitan comer tejidos animales para adquirir proteínas, porque cultivan las suyas propias en las bacterias que prosperan en su interior. Otro tanto hacen los grandes animales herbívoros. El gorila consume la vegetación para alimentar las copiosas colonias bacterianas de su microbioma intestinal, y luego absorbe los aminoácidos liberados por dichas bacterias con el continuo aporte de celulosa de las verduras. Tu y yo, sin embargo, no somos gorilas. Los humanos no podemos utilizar el mismo truco de simbiosis para conseguir construir músculos, ya que no convivimos con los microbios intestinales adecuados y carecemos de las enzimas digestivas apropiadas o la estructura intestinal necesaria para semejante degradación y síntesis.


El sistema digestivo de los primates es una procesadora de celulosa


Tres veces más voluminoso que el paquete intestinal de los humanos, el sistema digestivo de los gorilas incluye no solo bacterias muy específicas sino también intestinos más grandes y largos, para que su microbioma intestinal tenga tiempo para degradar enzimáticamente la fibra vegetal. La celulosa consiste en cadenas largas y lineales de muchas moléculas de glucosa, enlazadas entre sí como una cadena de bicicleta, que otorga rigidez y estructura a las plantas. La celulosa es un carbohidrato imposible de digerir para el organismo humano. Al comerla, pasa directamente por nuestro tracto digestivo y sale íntegra por el otro extremo. Simplemente no tenemos los microbios adecuados para romper los enlaces entre esas moléculas y liberar la energía contenida en ellas. La fibra vegetal insoluble es parte de algunas dietas humanas en la forma de ensaladas, en alimentos como apio, lechuga, pepino, zanahoria, col rizada, etc. Se ha puesto de moda académica sostener que a los humanos nos es absolutamente indispensable ingerir cantidades ingentes de fibra insoluble para dar de comer a nuestra microbiota… pero esto no es del todo cierto. Es posible construir una microbiota potente con otras clases de dieta -como han hecho todos los pueblos del Ártico durante los últimos 42.000 años- incluso comiendo exclusivamente tejido animal, como músculos, órganos y grasa.

Fig.3 El gorila Shobani, goza de status de estrella de rock en un zoológico japonés.


Así que, para un gorila, el proceso de fabricar tejido proteico y conseguir esa musculatura de competencia requiere apenas comer grandes cantidades de vegetación (lo que por cierto también le asegura unos 8 a 20 gramos de vitamina C por día); permitir que las bacterias del intestino descompongan la celulosa como fuente de alimento; absorber las sustancias emanadas por las bacterias para obtener proteínas. Eso es todo. Como parece obvio, los gorilas no levantan pesas, aunque sí juegan (y pelean) vigorosamente entre ellos, y se desplazan colgándose de ramas, etc. Esta actividad física sin dudas provee las señales tróficas (es decir, de crecimiento) para sus músculos. Mirando a los gorilas en la naturaleza, parece una estrategia bastante buena. Sentarse relajados, rascarse unos a otros buscando pulgas, consumir de 12 a 25 kilogramos de plantas por día… y ganar músculo. Al igual que otros animales vegetarianos que pastan; como las vacas, los elefantes y otros herbívoros, los gorilas pasan aproximadamente la mitad del día comiendo. Desgraciadamente, aunque te sentaras y, durante diez horas al día, te limitaras a masticar verduras, no te convertirías en un mini-King Kong. Los humanos no tenemos -ni podríamos asimilar- los microbios adecuados, incluso si empleáramos un trasplante fecal de gorila. Su tracto digestivo tiene características anatómicas y funcionales muy específicas, obtenidas en el curso de la evolución, involucradas en el proceso de degradación de celulosa y posterior síntesis de aminoácidos. Esto es de hecho una ventaja para nuestra especie, ya que no necesitamos pasar tanto tiempo comiendo, digiriendo y sintetizando proteínas. Como tenemos acceso a muchos alimentos con calorías y precursores proteicos fácilmente disponibles, podemos pasar mucho menos tiempo cazando, forrajeando y comiendo, al mismo tiempo que pasamos más tiempo creando, aprendiendo, pensando y realizando otras actividades ventajosas.


Nota sobre grasa corporal en los primates no humanos


La composición corporal de los bonobos ha convencido a primatólogos y nutricionistas de que estos no pueden sobrevivir sin acceso continuo a la comida, ya que las hembras de esa amorosa especie exhiben un contenido de grasa corporal de entre 1% y 8%, mientras que los machos tienen un contenido de grasa corporal inferior a 1%. Desde la perspectiva humana, ese nivel de grasa es no sólo incompatible con la salud, sino que haría improbable la supervivencia. En las sociedades occidentales, las mujeres sanas tienen entre un 24 y un 31% de grasa, y los hombres sanos entre un 12 y un 20%. Los cazadores-recolectores Hadza, en un hábitat comparable al de los chimpancés, tienen en promedio un 19% de grasa en las mujeres y un 11% en los hombres. Algunas poblaciones de africanos, hindúes y asiáticos desnutridos tienen niveles de grasa corporal tan bajos como el 5-6%. Por su parte, los gorilas tienen entre un 19 y un 44% de grasa corporal. Los orangutanes tienen entre un 5 y un 22% de grasa corporal. Desde una perspectiva de supervivencia, la grasa corporal es crucial para los animales que no cuentan con suministro estable de nutrientes. La reserva energética contenida en la grasa y los músculos permite a un organismo sobrevivir a los períodos de migraciones, sequía o hambruna. Esto es especialmente importante para las hembras, porque necesitan un suministro regular de calorías para el embarazo y la lactancia.


Un animal solo puede permitirse prescindir de una reserva de grasa corporal si el suministro de alimentos de su medio ambiente es 100% fiable. En libertad, los chimpancés comen todas las frutas de estación, semillas, hojas y flores que pueden encontrar, y se ha documentado que también cazan y devoran sistemáticamente otros animales pequeños. La carne, los insectos (proteína animal) proporcionan aproximadamente 3-8% de sus calorías totales. La dieta de los bonobos es probablemente similar a la de los chimpancés. Ambas especies sólo pueden vivir en lugares en los que hay comida disponible todo el año. Las personas, en cambio, deben haber evolucionado para hacer frente a la escasez ocasional de alimentos. Una persona bien alimentada tiene suficiente grasa en el cuerpo para estar sin comida durante cerca de 40 días, un individuo obeso puede pasar hasta dos meses sin comer nada, y hay casos registrados de ayunos superiores a un año en individuos con obesidad mórbida (lee el blog ¿Cuánto podemos vivir sin comer?). Dada su ausencia de reservas lipídicas y su alta tasa metabólica basal, un bonobo empezaría a quemar sus músculos si pasara más de un día sin comer.


Ernesto Prieto Gratacós Laboratorio de Ingeniería Biológica Licencia Creative Commons Atribución -NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional REFERENCIAS


Testosterone and reproductive effort in male primates


Basal metabolic rate, body weight and diet in primates: an evaluation of the evidence


Primate energy expenditure and life history


Body composition in Pan paniscus compared with Homo sapiens has implications for changes during human evolution



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