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POR QUÉ NO COMER COMO UN MONO

Los los gorilas, orangutanes, bonobos y chimpancés impresionan por su fuerza, agilidad y destreza, lo cual se ha usado como argumento para validar una dieta vegana. A pesar de estar genéticamente tan próximos a nosotros, los monos antropomorfos tienen algunas diferencias fisiológicas fundamentales que no deben pasarse por alto. Si bien los dos últimos comparten 98.8% con el Homo sapiens, la nutricion humana evolucionó estrechamente ligada al desarrollo y funciones del encéfalo. Nuestro avanzado cerebro requiere no solo una calidad muy especifica de nutrientes sino tambien un monto calórico elevadísimo.

Fig.1 En cautiverio, los gorilas siguen una dieta totalmente vegetariana, compuesta por verduras de hoja como la lechuga y la col rizada, zanahorias, calabacines, apio y frutas como manzanas o naranjas.


Poderosos y reservados, los gorilas son esencialmente vegetarianos, puesto que la casi totalidad de su alimentación termina consistiendo en vegetales. La única y limitada cantidad de tejido animal que consumen la obtienen al comer en ocasiones hormigas, termitas y orugas. Estando en libertad, en su hábitat natural, dichos insectos no representan más del 3% de la dieta de un gorila. Consumiendo "puras verduritas" los gorilas macho llegan a pesar tranquilamente entre 130 y 230 kilos, en tanto que su potencia física supera cuatro veces la fuerza dinámica de un atleta humano. Un macho líder (como el carismático Silver back llamado Shobani, Fig.3) tiene una composición corporal no tan distante de un varón humano sano, exhibiendo un 37% de masa muscular, 19% de grasa, 13 % de hueso… y 41% de soberbia elegancia (1). Si practicas culturismo o crossfit notarás con asombro que la descripción de la dieta de los “espalda plateada” no incluye proteínas en polvo, huevos, hígado, pechugas de pollo o cualquier otra fuente de tejido animal rico en proteínas. Tampoco se sabe que los gorilas tengan acceso a suplementos de creatina o aminoácidos ramificados. ¿De dónde sacan entonces los aminoácidos para construir semejante musculatura? Pues de la montaña de verduras que comen sin cesar -literalmente- todo el día. La clave fisiológica está en su singular maquinaria digestiva, y probablemente en una mayor sensibilidad a la testosterona así como una versión peculiar del gen que sintetiza la miostatina (un compuesto de la sangre que inhibe el crecimiento muscular) (2). En lo personal, sospecho que su poderosa musculatura -genéticamente determinada- es en parte responsable por su longevidad máxima reducida (35-40 años) en comparación con la especie humana, debido a la demanda metabólica ejercida por esta (3,4).


Los gorilas no necesitan comer tejidos animales para adquirir proteínas, porque cultivan las suyas propias en las bacterias que prosperan en su interior. Otro tanto hacen los grandes animales herbívoros. El gorila consume la vegetación para alimentar las copiosas colonias bacterianas de su microbioma intestinal, y luego absorbe los aminoácidos liberados por dichas bacterias con el continuo aporte de celulosa de las verduras. Tu y yo, sin embargo, no somos gorilas. Los humanos no podemos utilizar el mismo truco de simbiosis para conseguir construir músculos, ya que no convivimos con los microbios intestinales adecuados y carecemos de las enzimas digestivas apropiadas o la estructura intestinal necesaria para semejante degradación y síntesis.


El sistema digestivo de los primates es una procesadora de celulosa


Tres veces más voluminoso que el paquete intestinal de los humanos, el sistema digestivo de los gorilas incluye no solo bacterias muy específicas sino también intestinos más grandes y largos, para que su microbioma intestinal tenga tiempo para degradar enzimáticamente la fibra vegetal. La celulosa consiste en cadenas largas y lineales de muchas moléculas de glucosa, enlazadas entre sí como una cadena de bicicleta, que otorga rigidez y estructura a las plantas. La celulosa es un carbohidrato imposible de digerir para el organismo humano. Al comerla, pasa directamente por nuestro tracto digestivo y sale íntegra por el otro extremo. Simplemente no tenemos los microbios adecuados para romper los enlaces entre esas moléculas y liberar la energía contenida en ellas. La fibra vegetal insoluble es parte de algunas dietas humanas en la forma de ensaladas, en alimentos como apio, lechuga, pepino, zanahoria, col rizada, etc. Se ha puesto de moda académica sostener que a los humanos nos es absolutamente indispensable ingerir cantidades ingentes de fibra insoluble para dar de comer a nuestra microbiota… pero esto no es del todo cierto. Es posible construir una microbiota potente con otras clases de dieta -como han hecho todos los pueblos del Ártico durante los últimos 42.000 años- incluso comiendo exclusivamente tejido animal, como músculos, órganos y grasa.

Fig.3 El gorila Shobani, goza de status de estrella de rock en un zoológico japonés.


Así que, para un gorila, el proceso de fabricar tejido proteico y conseguir esa musculatura de competencia requiere apenas comer grandes cantidades de vegetación (lo que por cierto también le asegura unos 8 a 20 gramos de vitamina C por día); permitir que las bacterias del intestino descompongan la celulosa como fuente de alimento; absorber las sustancias e